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Los envases metálicos son una opción muy popular para conservar y proteger diversos productos, desde alimentos hasta cosméticos. Sin embargo, es vital entender que no todos los envases metálicos son iguales, teniendo una especial importancia adoptar en tu estrategia la solución que mejor se adapte a las características y necesidades de cada producto. En este artículo, desde Auximara abordamos los aspectos más relevantes que una marca debería tener en cuenta a la hora de elegir el envase metálico perfecto.

Tipos de envases metálicos

Los envases metálicos se pueden clasificar según el material, la forma y el cierre que tengan. Uno de los materiales más comunes, y con el que trabajamos en Auximara, es la hojalata: se trata de una lámina de acero recubierta por ambas caras con una capa de estaño. Este recubrimiento le confiere una mayor resistencia a la corrosión y al óxido, lo que la hace ideal para conservar, entre otras cosas, productos alimenticios. Además, es un material reciclable y muy versátil, destacando su maleabilidad y capacidad de personalización.

Forma de los envases metálicos

La forma de los envases metálicos puede ser cilíndrica, rectangular o irregular. La forma tiene una relevancia especial porque influye en la capacidad, la estabilidad y la facilidad de apilamiento de los envases. Entre las más comunes encontramos la cilíndrica, ya que permite aprovechar mejor el espacio y facilita el etiquetado. La forma rectangular se usa para productos que requieren más superficie de contacto con el envase, como galletas o chocolates. Caramelos o perfumes, que suelen ser productos que buscan una diferenciación especial, son los que más optan por las formas irregulares.

Cierre de los envases

El cierre de este tipo de soluciones puede ser de rosca, de presión o de anilla. El cierre de rosca es el más seguro y hermético, pero también el más costoso y difícil de abrir. El cierre de presión es el más económico y fácil de abrir, pero también el menos resistente y el que más riesgo tiene de fugas. El cierre de anilla, por su parte, es el más práctico y cómodo, pero también el que más espacio ocupa y el que más material consume.

Factores a considerar al elegir el envase metálico

A la hora de determinar cuál es el mejor envase metálico para la distribución de tus productos, debes tener en cuenta varios factores, como:

Tipo de producto

Dependiendo de si tu producto es sólido, líquido o gaseoso, necesitarás un envase metálico con unas características u otras. Por ejemplo, si tu producto es líquido o gaseoso, necesitarás un envase metálico con un cierre hermético que evite las fugas y la oxidación.

Condiciones de almacenamiento y transporte

Debes elegir un envase metálico que resista las condiciones ambientales a las que va a estar expuesto tu producto, como la temperatura, la humedad o la luz. También debes elegir un envase metálico que resista los posibles golpes o caídas que pueda sufrir durante el transporte o la manipulación.

 

Imagen y diseño

Como ocurre con cualquier otra solución de packaging, un envase metálico debe reflejar la personalidad y los valores de tu marca, llamando la atención del consumidor y generando una diferenciación de la competencia. Puedes jugar con los colores, las formas, las texturas y los acabados para crear un envase metálico único y atractivo. Para lograrlo, confía en nuestro Servicio 360 y daremos con la solución perfecta.

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Los envases metálicos, como has podido comprobar a lo largo del artículo, son una excelente opción para conservar y proteger tus productos, pero debes elegir el más adecuado según el tipo de producto, las condiciones de almacenamiento y transporte, la imagen y el diseño, el precio y la sostenibilidad. Acertar no siempre es fácil, así que confía en la experiencia de los expertos en la materia: contacta con nosotros y empezamos a trabajar.

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